Drones: ¿amenaza o adelanto?

Ataques de drones norteamericanos y sus consecuencias en Pakistán

Los ataques de drones norteamericanos en Pakistán han suscitado mucha controversia entre los círculos internacionales de expertos en seguridad. Algunos debates se han centrado en la eficacia y la adecuación de estos ataques. Otros análisis han estudiado la utilización de los aviones no tripulados desde perspectivas neutrales con respecto a los valores, por ejemplo evaluando la importancia como factor de cambio en los esfuerzos de contra-insurgencia. Sin embargo, todos ellos han eludido la evaluación de las consecuencias sobre la sociedad y el estado pakistaní.

El presente artículo se propone superar este olvido poniendo el énfasis en algunos de los efectos perjudiciales de los drones sobre el bienestar de la población y sobre el nivel democrático del país. En primer lugar, analizará las consecuencias de la dispersión de los grupos terroristas realizada con el objetivo de huir de los ataques de los drones. Sospechosos de insurgencia perseguidos por aeronaves norteamericanas Predator y Reaper se han desplazado desde las ATAF (Áreas Tribales Federalmente Administradas) hacia otras zonas del país. Esta reubicación ha tenido graves consecuencias, en ocasiones letales, para las nuevas poblaciones de acogida de estos grupos. Seguidamente el artículo examinará de qué manera los ataques con drones han tenido un impacto radicalizante sobre la opinión pública, con diversas consecuencias negativas. Finalmente, evaluará el impacto del uso de los drones sobre el sistema democrático paquistaní, que lucha por superar una historia de dictadura. 1 Estas conclusiones también servirán de resumen de los argumentos expuestos.

Los drones y la dispersión de terroristas

El 2004 se iniciaron los ataques de los Estados Unidos con drones a las áreas tribales pakistaníes. Las ATAF tienen un status político diferenciado, de manera que no se aplica la legislación general del país. Estas áreas se convirtieron en las nuevas bases de talibanes y de Al-Qaeda tras la invasión norteamericana de Afganistán en diciembre de 2001. La remota ubicación de las áreas tribales tuvo como consecuencia que los Estados Unidos no tardasen en constatar que tenían pocas posibilidades de perseguir a estos combatientes sin contar con una cooperación activa por parte de los pakistaníes. Los drones parecían ofrecer una respuesta alternativa perfecta para resolver este problema. Así se han efectuado cerca de 370 ataques a las áreas tribales de Pakistán, mientras que hasta ahora sólo cuatro se han dirigido a áreas ajenas a las ATAF. 2

La dispersión de los sospechosos de terrorismo en Pakistán para huir de los ataques con drones ha tenido graves consecuencias para la población civil del país

En este contexto, los sospechosos de terrorismo han ido abandonando las ATAF para establecerse en otras zonas del país, como Karachi, Lahore y otras zonas de las mismas ATAF donde no ha habido tantos ataques con drones. Sin embargo, este desplazamiento no ha supuesto un cambio en la agenda básica de estos individuos, que consiste en hacer la guerra santa (jihad) contra los que consideran infieles. En las ATAF se servían de los escondites tribales para atacar las fuerzas norteamericanas en Afganistán, pero desde su reubicación se han dedicado a atacar civiles pakistaníes para continuar con su guerra santa. Para estos individuos, los civiles pakistaníes y los integrantes de las fuerzas de seguridad del país son objetivos legítimos, porque oficialmente el Estado es aliado de los Estados Unidos. Aunque el objetivo de sus ataques ha cambiado, su misión ha permanecido inalterada. Los defensores del uso de aviones no tripulados han puesto el acento en su éxito para reducir el número de ataques contra las fuerzas occidentales en Afganistán. No obstante, en estas evaluaciones raramente se hace referencia a las 50.000 víctimas civiles del terrorismo, un gran número de las cuales han sido el objetivo de terroristas que han abandonado las ATAF para huir de los drones. 3

Tras su reubicación, estos individuos no se limitan a la violencia religiosa. También participan activamente en secuestros económicos, contrabando de drogas y armas y acaparamiento de tierras en grandes poblaciones como la ciudad portuaria meridional de Karachi. 4 Gran parte de los ingresos generados gracias a estas actividades se dedica a financiar las actividades militares en el noroeste del país. Esta consecuencia del uso de drones ha estado poco estudiada y tendrá implicaciones significativas para la seguridad regional en Asia meridional que perdurarán mucho más allá de 2014, cuando está previsto que las fuerzas estadounidenses abandonen la región.

El impacto radicalizante de los drones

En los últimos años los ataques con drones han tenido un efecto radicalizador sobre la opinión pública del país, con un giro significativo hacia la derecha. El político y ex jugador de criquet Imran Khan ha denunciado estos ataques como ejemplo de la arrogancia de los Estados Unidos, a quien culpa de los inmensos daños colaterales y las muertes de civiles inocentes. Khan considera que el uso de drones norteamericanos no ha sido muy eficaz, ya que la situación en Afganistán y Pakistán es mucho peor que cuando en 2004 se empezaron a efectuar este tipo de ataques.

Imran Khan tiene un enorme atractivo político entre los jóvenes del país y su retórica ha tenido un papel clave en posicionarlos contra Occidente. Su argumento es que hay una conspiración occidental masiva para debilitar Pakistán y que los drones sólo son parte de esta «estrategia general». Khan ha sido capaz de atribuirse el papel de portavoz de la derecha política pakistaní. Este efecto radicalizador de los drones ha debilitado la capacidad para valorar de una manera justa e imparcial el impacto de los Estados Unidos en sus esfuerzos por construir unas instituciones democráticas en Pakistán y su política de ayuda a la población del país a través de proyectos de desarrollo.

La democracia en Pakistán y los problemas de legitimidad

Es un secreto a voces que frecuentemente funcionarios pakistaníes del gobierno y el sector de la seguridad colaboran con los Estados Unidos para facilitarles la localización de sospechosos de terrorismo en las ATAF. Sin embargo, oficialmente el gobierno se opone al uso de drones en su territorio. La asamblea nacional de Pakistán ha aprobado diversas resoluciones que piden a Washington que detenga los ataques porque violan la soberanía pakistaní, aunque hasta ahora no han logrado modificar la política de los Estados Unidos. Esta situación contribuye a debilitar la legitimidad del parlamento pakistaní y las instituciones democráticas del país, que actualmente ya acarrean la ingente lucha de alejarse de la sombra de la dictadura. El gobierno de Obama ha reconocido que el apoyo de Washington a los regímenes militares del país fue un error y ha manifestado que a partir de ahora trabajará en fortalecer las instituciones democráticas del país. Súbitamente se ha hecho evidente que muchos de los problemas de Pakistán se pueden atribuir a la falta de un sistema democrático estable, lo cual ha afectado también a muchos otros países. A pesar de todo, este apoyo a la democracia sólo se ha producido sobre el papel.

El uso de drones en Pakistán debilita la legitimidad del sistema democrático que sobre el papel los Estados Unidos pretenden defender

Desde 1947, año de creación del país, las instituciones democráticas pakistaníes sufren de falta de legitimidad, dado que su control sobre el devenir de Pakistán ha sido limitado. Tradicionalmente, el ejército ha sido el principal gobernante de la política exterior. Los aliados exteriores de Pakistán también han trabajado directamente con el ejército obviando el gobierno civil, incluso en etapas democráticas. Aunque se ha dado mucha importancia a las declaraciones políticas estadounidenses a favor de reforzar el sistema democrático, la política de los drones desmiente claramente esta perspectiva. De hecho, estos aviones sirven para debilitar la legitimidad del sistema democrático que sobre el papel los Estados Unidos pretenden defender. A menudo se dice que sólo una democracia estable solucionará los problemas internos del Pakistán, como el terrorismo extremista y religioso.

El camino hacia delante

Este artículo ha analizado las consecuencias sobre el terreno de los ataques norteamericanos con drones en Pakistán que raramente se toman en consideración en los debates sobre su eficacia y adecuación. Si Washington quisiera hacer una evaluación justa e imparcial de la eficacia y la adecuación del empleo de estas armas contra la amenaza terrorista en Pakistán o en otros países del mundo, haría falta que analizara los evidentes problemas que genera esta política. Además, hay que considerar el uso de drones como una táctica a corto plazo con un valor limitado a largo plazo. Los drones no pueden sustituir la necesidad de una estrategia integral que haga frente a los retos que Washington pretende solucionar con el uso de estas armas.

1. Pakistán ha sido gobernado por dictadores militares durante aproximadamente la mitad de su existencia.

2. Las estadísticas se basan en datos recopilados por la New America Foundation. Para obtener más información, puede consultarse aquí, consultado el 31 de diciembre de 2013.

3. Ver Shaun Waterman, “Pakistan says war on terror has cost nearly 50,000 lives since 9/11,” The Washington Times, 27 de marzo de 2013.

4. Vegeu Imtiaz Ali, “Karachi becoming a Taliban safe haven”, Combating Terrorism Centre at West Point, 13 de gener de 2010. Disponible aquí, consultado el 31 de enero de 2013.

Fotografía: Official U.S. Navy flickr Page. Modificada. Link a la licencia.

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