El deporte como constructor de paz

¿El deporte para la paz refuerza la cohesión social en comunidades receptoras de refugiados?

La organización Generations For Peace (GFP) fue fundada en 2007 como iniciativa piloto del Comité Olímpico Jordano para utilizar el deporte en la construcción de la paz. Con el tiempo, sus actividades se han ido ampliando y hoy incluyen arte, incidencia, diálogo y empoderamiento. Pero las actividades deportivas siguen siendo las más populares y, a menudo, constituyen el punto de entrada para los voluntarios que colaboran con miembros de sus comunidades. GFP se centra en la realización de actividades deportivas de base en comunidades para abordar problemas locales relativos a conflictos y violencia. Se trata, sobre todo, de actividades semanales que se llevan a cabo en pueblos o barrios y no de grandes torneos en estadios.

En Jordania, GFP cuenta con dos programas estrella: uno focalizado en la cohesión social y otro en la reducción de la violencia y del riesgo de violencia en las escuelas 1 y en las comunidades receptoras 2. Las escuelas y las comunidades están experimentando un aumento de la presión demográfica y de las tensiones debido a la llegada de refugiados. Los voluntarios de GFP –maestros y trabajadores comunitarios adecuadamente formados– trabajan con jóvenes y adultos sirios y jordanos a través del deporte y las artes con actividades semanales orientadas a la construcción de la paz. Ambos programas están destinados a las comunidades más afectadas por la llegada de refugiados sirios. Más de 1,4 millones de sirios residen en Jordania. De ellos, más de 637.000 están registrados oficialmente como refugiados por ACNUR, pero el 81% vive en comunidades receptoras junto a la población jordana y no en campos de refugiados.

En las comunidades receptoras surgen tensiones naturales entre jordanos y sirios como consecuencia de las enormes presiones en todos los servicios -educación, vivienda, agua, alimentos, empleo y sanidad- causadas por la importante afluencia de refugiados sirios. Los voluntarios formados por GFP han estado llevando a cabo programas de deporte para la paz a nivel local en escuelas y centros comunitarios para niños y jóvenes jordanos y sirios a fin de reforzar la resiliencia y la cohesión social y reducir las tensiones y la violencia entre ellos. El enfoque de GFP no está orientado a la realización de actividades deportivas tradicionales, sino a juegos y ejercicios hechos a medida, que incorporan la educación para la paz para grupos de iguales. Sus objetivos tienen que ver con la construcción de la paz y no con el desarrollo de habilidades deportivas y la excelencia competitiva. Por ello, los voluntarios de GFP no son entrenadores, sino facilitadores, que construyen cuidadosamente un “espacio seguro” que permita a todos participar y aprender y, de este modo, alcanzar los resultados de construcción de la paz deseados. Las actividades se adaptan al contexto y la cultura locales, a las prioridades locales y al grupo específico de participantes.

Las actividades deportivas pueden ayudar a recuperar la autoestima y a rehabilitar a las personas que han sido expuestas a traumas y violencia, ya sea como víctimas o victimarios

Los diferentes programas de Deporte para la Paz están enfocados a distintos tipos de conflictos. Las actividades deportivas pueden ayudar a recuperar la autoestima y a rehabilitar a las personas que han sido expuestas a traumas y violencia, ya sea como víctimas o como victimarios, incluyendo a personas discapacitadas o marginadas como consecuencia de la violencia. Los deportes de equipo pueden ayudar a crear nuevas relaciones de confianza y aceptación, rompiendo los estereotipos y salvando las divisiones surgidas a causa de los conflictos. Las actividades deportivas pueden fomentar una mayor inclusión de las personas que se enfrentan a la discriminación o la exclusión en sus comunidades, incluyendo a minorías étnicas, personas desplazadas, refugiados y personas con discapacidades. Además, las actividades deportivas pueden, gradualmente, impulsar cambios en las normas culturales, haciendo que grupos diferentes encuentren puntos en común, permitiendo que las comunidades acepten la diversidad y promoviendo una mayor igualdad de oportunidades para mujeres y hombres y para las personas marginadas y excluidas.

El deporte es una potente herramienta para llegar a los jóvenes vulnerables y para reducir la violencia en situaciones de conflicto. Con una buena comprensión de las comunidades locales, siempre se puede identificar un deporte popular que pueda servir como punto de partida para involucrar a los jóvenes. Es más, el deporte es universal, por lo que, cuando las personas practican juntas un deporte, no importa si hablan la misma lengua o si tienen otros intereses comunes, todos pueden entender las reglas del juego y trabajar juntos como equipo para alcanzar sus objetivos. Por ejemplo, una actividad deportiva adecuadamente facilitada puede proporcionar un espacio “neutral” controlado en el que las personas pueden encontrarse por encima de las divisiones causadas por el conflicto 3, promover la tolerancia y construir nuevas relaciones que, de otro modo, quizá no serían posibles. Estos tipos de situaciones relacionadas con el deporte crean automáticamente “grupos de iguales” perfectos, formados por personas de edades similares, que comparten una pasión y una experiencia. Estos grupos generan una poderosa estructura para el debate, el aprendizaje, la reflexión y el apoyo mutuo. Ello permite romper viejos estereotipos y anima a las personas a aceptar la diversidad.

Los programas de base de Deporte para la Paz pueden ayudar a que se produzcan cambios positivos significativos en una comunidad y ello con un coste relativamente bajo. La mayoría de recursos necesarios -un espacio o unas instalaciones simples, equipamiento deportivo básico, refrescos- son baratos y pueden ser proporcionados por los actores locales. Hay que promover y ampliar estos programas y apoyar a los voluntarios de todo el mundo que utilizan el deporte como vehículo para el cambio en sus comunidades. Los eventos extraordinarios -incluso cuando cuentan con la participación de estrellas del deporte- no tienen efectos duraderos. Para lograr cambios positivos y sostenibles en las actitudes y los comportamientos, las actividades de deporte para la paz deben atraer y retener a un grupo objetivo de personas que participen regularmente y que se refuercen unas a otras progresivamente durante un periodo prolongado. Los participantes en los programas de GFP realizan habitualmente 60 horas de actividad durante un periodo de seis meses. Así sí que se obtienen efectos duraderos reales. Pero, para que los participantes sigan viniendo, ¡se tienen que divertir con las actividades! Las visitas breves y puntuales de estrellas mundiales del deporte no aportan resultados positivos cuantificables. Sin embargo, los modelos de comportamiento de las estrellas deportivas a nivel de base –piénsese, por ejemplo, en la joven capitana del equipo de baloncesto de un pueblo 4 – pueden ejercer una gran influencia en su comunidad local y pueden respaldar un programa duradero.

El objetivo de los programas de Deporte para la Paz en escuelas para niños jordanos y sirios es reforzar la resiliencia y la cohesión social y reducir la violencia

La elección de actividades deportivas adecuadas a las culturas locales debe ser objeto de una cuidadosa reflexión. Para transmitir el mensaje deseado de manera amplia y efectiva y, al mismo tiempo, realizar actividades que constituyan una diversión, a la hora de establecer los programas se deben tener en cuenta las divisiones causadas por los conflictos, la edad, el sexo, las habilidades físicas y los niveles en el deporte. Hay que ser creativo y diseñar las reglas de juego caso por caso, improvisar el equipamiento e ir introduciendo modificaciones a medida que se avanza. En algunas comunidades, las chicas y las mujeres pueden ser reacias a participar en actividades deportivas o incluso tener prohibida dicha participación. GFP aborda esta cuestión de diferentes maneras en función de cada contexto específico. Por ejemplo, organiza las actividades destinadas a chicos y a chicas en lugares diferentes a fin de reducir los sentimientos de timidez, se asegura de que las actividades destinadas a chicas sean facilitadas por voluntarias y organiza, para las chicas, deportes que sean nuevos en la comunidad a fin de evitar las estructuras deportivas predominantemente masculinas. En comunidades vulnerables, estos enfoques proporcionan oportunidades vitales para que las chicas se conviertan en líderes y para que mejore su confianza y su autoestima.

En todos los programas de Deporte para la Paz, la naturaleza competitiva del deporte no debe ser subestimada: constituye una dinámica potente orientada al trabajo en equipo y la interdependencia, que no debe ser eliminada, sino aplicada de manera cuidadosa. Una competición deportiva entre dos comunidades rivales en conflicto conducirá probablemente a unos resultados muy negativos. El poder de la competición ha de ser canalizado de tal modo que se fomente la interacción y el trabajo en equipo entre jugadores de las dos comunidades, formando equipos mixtos que trabajen juntos.

En el programa destinado a las escuelas de Jordania, GFP proporciona formación y asesoramiento a maestros que, de forma voluntaria, realizan actividades con sus alumnos dirigidas al cambio de conductas a través del deporte para la paz y del arte para la paz. Nuestros informes de impacto subrayan los avances alcanzados en maestros y estudiantes en cuanto a sus respuestas al conflicto y a las disputas de forma no violenta. Los informes muestran que las relaciones entre maestros y estudiantes y entre estudiantes entre ellos, incluidos los estudiantes jordanos y sirios, han mejorado. Ello ha generado progresos en los resultados académicos y una importante reducción de la violencia: una disminución del 80% en las chicas estudiantes y del 52% en los chicos estudiantes que indican que responden al conflicto con otros estudiantes, maestros o en casa con violencia física. Un total de 1.800 chicas y chicos estudiantes (de entre 12 y 16 años) participan en este programa.

El deporte puede proporcionar un espacio “neutral” controlado en el que las personas pueden encontrarse por encima de las divisiones, promover la tolerancia y construir nuevas relaciones que, de otro modo, quizá no serían posibles

En nuestro programa de cohesión social en Jordania, los voluntarios de GFP proporcionan apoyo a 5.900 jordanos y sirios en comunidades receptoras vulnerables. Los voluntarios, tras haber sido formados, han realizado actividades de deporte para la paz y arte para la paz en centros juveniles para niños y jóvenes jordanos y sirios destinadas a reforzar la cohesión social y reducir la violencia, en un entorno en que el 70% de los varones jordanos y el 63% de los varones sirios y el 30% de las mujeres jordanas y el 37% de las mujeres sirias reconocen la presencia de violencia física y verbal en sus interacciones. Los participantes, divididos a partes iguales por sexo y nacionalidad, también están implementando sus propias pequeñas iniciativas locales, ampliando así el alcance del programa. Nuestros informes indican que, a fecha de hoy, el 44,4% de las mujeres sirias y el 40% de los hombres sirios participantes han establecido relaciones de amistad con participantes jordanos a través de este programa.

Los programas de GFP en comunidades receptoras jordanas avanzan con pasos firmes y confirman el amplio impacto del deporte como punto de partida para la construcción de la paz. Nuestro trabajo basado en el uso del Deporte para la Paz se emplea en actividades dirigidas al cambio social lideradas por jóvenes en comunidades de Macedonia, Líbano, Ruanda, Sudán del Sur, Sri Lanka y muchos otros países del mundo. Los programas basados en otros vehículos destinados al cambio apoyan a los voluntarios de GFP en 50 países de Oriente Medio, África, Asia y Europa. Desde 2007 hemos formado a casi 9.000 voluntarios y, con nuestro apoyo, sus programas han alcanzado a más de un cuarto de millón de niños, jóvenes y adultos.

1. Programa para escuelas en Jordania – vídeo:

2. Programa de cohesión social en Jordania – vídeo:

3. Construyendo la paz en Sri Lanka – vídeo:

4. Tres historias de Zimbabue – vídeo:

Photography: Generations For Peace

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