¿Dónde están las personas desaparecidas? Verdad y justicia, un requisito para la paz

El impacto de género de las desapariciones forzadas en Siria

En Siria, la práctica de las desapariciones forzadas no es reciente. Antes de las protestas de 2011 ya había muchos casos registrados. Mucho antes de que Bashar al-Asad llegara al poder, su padre detenía a sus enemigos políticos y a cualquiera que desafiara a su gobierno. Sin embargo, el ritmo de las desapariciones se disparó en el marco de las manifestaciones masivas y a la guerra posterior.

Cuando comenzó la revolución pacífica en 2011, las primeras protestas planteaban como reivindicación esencial la liberación de prisioneros políticos. Las protestas masivas estallaron después de que algunos menores fueran detenidos arbitrariamente y torturados por hacer una pintada. La población siria tomó las calles para exigir su liberación y pronto surgieron muchas más reivindicaciones que habían estado latentes durante muchos años: justicia y libertad. Como respuesta, Bashar al-Asad utilizó las tácticas que el régimen ya conocía bien: detenciones y violencia, así como la tortura de las personas detenidas. Esta táctica sirve tanto de castigo como de disuasión para los demás. Para la población siria que alza la voz contra el régimen, no ha cabido nunca la duda de que la detención es una consecuencia probable de cualquier forma de oposición. Familias enteras han compartido historias de detención por su actividad política, incluso antes de 2011. En conversaciones con personas opositoras de toda la vida al régimen de al-Asad, las historias de celebraciones, vacaciones familiares y cumpleaños se entrelazan con recuerdos de visitas a las cárceles.

Las detenciones en Siria casi equivalen a una desaparición forzada, por la escasa información que el aparato de seguridad proporciona

A raíz del abrumador número de protestas durante la revolución, el aparato de seguridad intensificó las detenciones, que se elevaron a miles de personas. A menudo, eran liberadas al cabo de un tiempo, pero muchas siguen desaparecidas. Cabe destacar que las detenciones en Siria casi equivalen a una desaparición forzada, por la escasa información que el aparato de seguridad proporciona sobre los arrestos, los lugares de detención, etc. Por consiguiente, muchas personas sirias saben que alguien fue detenido, pero no tienen más información sobre el paradero de esa persona. Por lo tanto, en Siria una detención es esencialmente una desaparición forzada: “las desapariciones forzadas ocurren cuando, con la participación de las autoridades estatales, se retira a una persona de la vida pública y se oculta su paradero intencionalmente. En consecuencia, las víctimas quedan fuera de la protección de la ley. En la mayoría de los casos, la única información verificable proporcionada estará relacionada con las circunstancias en que la víctima fue vista por última vez viva y libre”1.

Esto ilustra crudamente por qué la detención no sólo constituye una violación de los derechos humanos de la persona capturada. En este sentido, la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas atribuye la condición de víctima a “la persona desaparecida y toda persona física que haya sufrido un perjuicio directo como consecuencia de una desaparición forzada”, art. 24(1). La desaparición de una persona genera, pues, muchas más víctimas2. Por lo tanto, también debemos considerar las violaciones de los derechos de aquellas que quedan atrás, principalmente mujeres y niños, ya que la mayoría de los detenidos son varones –en el mundo, entre el 70 y el 94 por ciento de las personas desaparecidas son hombres3. Aunque no tenemos cifras sobre Siria, se estima que su número es muy alto4.

El impacto de género de las desapariciones forzadas en Siria

Con todo, el impacto de las desapariciones forzadas en los familiares de la persona desaparecida, en particular las mujeres y los niños, no ha recibido hasta ahora la atención que merece. Muchas familias sirias sufren en silencio, mientras que las mujeres que quedan atrás sufren múltiples vulnerabilidades. En la sociedad siria, debido a los roles de género tradicionales, las familiares de los desaparecidos tienen una mayor probabilidad de caer en la pobreza, la depresión y el aislamiento. “Aunque se amplificaron e intensificaron durante el conflicto, las experiencias de las mujeres con la desaparición forzada tienen su raíz en el contexto previo al conflicto de la sociedad patriarcal de Siria. En consecuencia, las desigualdades de género y las injusticias sociales son un componente preexistente a las estructuras sociales, culturales, económicas y políticas del país. Esto se refleja en leyes discriminatorias y excluyentes, especialmente en relación con el matrimonio, los derechos de propiedad y los delitos sexuales, que agravan e intensifican la desigualdad institucionalizada”5.

En la sociedad siria, debido a los roles de género tradicionales, las familiares de los desaparecidos tienen una mayor probabilidad de caer en la pobreza, la depresión y el aislamiento

Las desapariciones en Siria tienen tres consecuencias en términos de género: primero, cuando el principal sostén de la familia desaparece, las mujeres se encuentran sin ingresos para sus familias y, por lo tanto, son más vulnerables; en segundo lugar, sobre las mujeres pesa el coste psicológico de seguir siendo las cuidadoras de los menores mientras siguen viviendo el miedo, la ansiedad y la depresión; y, en tercer lugar, como impacto legal, la desaparición supone que las mujeres no pueden volver a casarse, heredar, ni siquiera desplazarse con sus hijos, ya que todo ello requiere el consentimiento del esposo o una certificación de su muerte. Sin embargo, muchas mujeres sirias no tienen ninguna prueba ni del arresto ni de la muerte del desaparecido y, por consiguiente, permanecen en un limbo. Según la ex alta comisionada adjunta de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Kyung-wha Kang, “en las sociedades donde la discriminación de género en las leyes y políticas dificulta la plena realización de los derechos humanos de las mujeres y limita su autonomía y participación en aspectos de la vida pública y política, el impacto social y económico de las desapariciones se siente con mayor fuerza y, a su vez, hace que las mujeres y sus hijos sean más vulnerables a la explotación y la marginación social”6.

Las mujeres como activistas y abanderadas por los desaparecidos

Según investigaciones recientes, los roles de género están cambiando entre la población siria, por múltiples razones. Una de ellas es que la ausencia misma de hombres ha obligado a transformar todas las relaciones de género. En muchos casos, el hombre no está presente (está fallecido, detenido o desaparecido) o no puede desplazarse debido a las estrictas leyes relacionadas con la residencia y el trabajo para refugiados, por ejemplo, en el Líbano7. Las familiares de los desaparecidos y los detenidos han tenido que asumir nuevas responsabilidades y roles en sus familias, en calidad de principal sostén de la familia y, lo que es más importante, como responsables de la toma de decisiones sobre las personas que dependen de ellas.

Sin embargo, sólo tienen acceso a trabajos inseguros y mal remunerados, a menudo lejos de sus familias, lo que a su vez aumenta el riesgo de explotación y pone en peligro el bienestar y la educación de sus descendientes. Además, la condición legal incierta de los desaparecidos (que no se consideran oficialmente vivos ni muertos) agrava la inseguridad económica de la familia. De hecho, las esposas de los desaparecidos a menudo no pueden acceder a los activos familiares ni a las cuentas bancarias a nombre de sus maridos o se les niegan las prestaciones sociales reservadas a las mujeres casadas8. Esto también se aplica a la ayuda a los refugiados, ya que las mujeres casadas tienen menos acceso a ella que las viudas. Como oficialmente están casadas, las familiares de los desaparecidos no pueden acceder a la misma ayuda que las mujeres solteras o viudas.

Las familiares de desaparecidos y detenidos han tenido que asumir nuevos roles en sus familias en calidad de principal sostén y como responsables de la toma de decisiones

Para muchas mujeres, la única opción sería declarar muertos a sus esposos, pero, incluso entonces, los certificados de defunción podrían no estar disponibles hasta algún tiempo después de la desaparición. En todo caso, muchas mujeres son reacias a hacerlo, debido al sentimiento de culpa por un acto equivalente a abandonar toda esperanza9. Esto ilustra la carga psicológica que llevan a diario. Básicamente, están atrapadas en un limbo entre el lamento por la pérdida y la esperanza del regreso del ser querido. De hecho, este problema pone de relieve otra “capa” de su situación de vulnerabilidad multidimensional. A menudo, brindan su apoyo a otros a través de su comunidad, pese a seguir llevando su propia y grave carga. De este modo, es frecuente que las familias de los desaparecidos se conozcan bien y se identifiquen mutuamente por su sufrimiento común.

Las mujeres tuvieron que comenzar a buscar activamente a sus familiares, a menudo recurriendo a canales no oficiales, lo que incluye la necesidad de pagar sobornos. Con frecuencia, están expuestas a la detención y el maltrato por parte de las fuerzas de seguridad. En todo caso, a pesar de las dificultades que afrontan las mujeres sirias, debido a una multitud de circunstancias agravadas por la desaparición de sus familiares, han encontrado una manera de resistir y sostener a sus familias tanto económica como moralmente a pesar del intenso desgaste que entraña10.

Familias por la libertad

La mayor implicación de las mujeres ante el problema de la desaparición forzada alimentó la voluntad de unirse y organizarse. Uno de los grupos que se formaron como resultado es Families for Freedom (Familias por la libertad), fundado en Ginebra (Suiza). Es un movimiento liderado por mujeres que exige la verdad sobre el paradero de sus desaparecidos. A pesar del abrumador miedo a las represalias contra sus desaparecidos, sus familias y ellas mismas, continúan expandiendo su movimiento para incluir a todas las familias de detenidos o desaparecidos, por encima de religiones, creencias políticas o etnias. El movimiento partió de un grupo central de activistas y movilizadoras comunitarias con bastante experiencia y comenzó a trabajar en el desarrollo de reivindicaciones y una agenda compartida. En una segunda etapa, se fundaron secciones locales para expandir el movimiento hacia las bases.

La mayor implicación de las mujeres ante el problema de la desaparición forzada alimentó la voluntad de unirse y organizarse

De este modo, el grupo central de activistas conocidas logró expandirse en número. Ahora hay grupos locales en el Líbano, Turquía, Alemania, Reino Unido y Siria. Este trabajo local es esencial, ya que un movimiento sólo puede sostenerse a través de una sólida movilización de abajo hacia arriba, en la que muchas personas se identifiquen con las reivindicaciones, las desarrollen más y contribuyan al movimiento no sólo con sus historias, sino también con sus ideas. Son buena muestra de ello otros movimientos conocidos, como las Madres de la plaza de Mayo, en Argentina: “Todo comenzó con un grupo de 14 mujeres que querían saber dónde estaban sus hijos e hijas; si estaban vivos o muertos. Querían saber la verdad: cuándo, por qué y quién los hizo desaparecer”11.

Las reivindicaciones de las familias

Cuando se formó Families for Freedom, el grupo central de activistas comenzó a trabajar en sus reclamaciones conjuntas12. Escribieron y presentaron las siguientes reivindicaciones a Naciones Unidas, en Ginebra13:

– Publicación inmediata de una lista con los nombres de todos los detenidos, junto con sus ubicaciones y estado actuales, y que se detenga urgentemente la tortura y el maltrato. En el caso de la muerte de un detenido, se debe presentar a las familias un certificado de defunción junto con un informe sobre las causas de la muerte y dónde se le inhumó.

– Ejercer presión sobre el gobierno sirio para que permita que las organizaciones humanitarias internacionales entreguen de inmediato ayuda alimentaria y médica; y para que otorgue a los grupos internacionales pro derechos el acceso a los centros de detención, a fin de poder monitorear de cerca las condiciones de vida y garantizar que los centros de detención civil disfruten de unas condiciones saludables.

– Supresión de los tribunales de excepción –en particular, los consejos de guerra y los tribunales militares y antiterroristas– y que se garanticen los juicios justos bajo la supervisión de Naciones Unidas.

– Rendición de cuentas de todos los responsables, de todas las partes, y en particular del gobierno sirio, por las violaciones que han cometido y continúan cometiendo contra aquellos que han sido detenidos arbitrariamente y sus familias. Dicha rendición de cuentas constituiría un avance fundamental para alcanzar la justicia.

De acuerdo con la investigación realizada por Women Now for Development y Dawlaty sobre las familiares de los desaparecidos, podemos concluir que también hay algunas reivindicaciones que suelen compartir las familias aún no movilizadas en torno a esta cuestión14. Por ejemplo, se reclama el derecho a conocer el destino y el paradero de los familiares desaparecidos o detenidos y se reivindica la necesidad de mecanismos de apoyo especiales para las familias de las personas desaparecidas, como pensiones, educación, atención médica y empleos para sus familiares.

En el ámbito local, donde las familiares son más vulnerables, la idea de justicia va más allá de la responsabilidad penal e incluye la justicia social y económica

Según la coordinadora de la sección de Families for Freedom en el Líbano, Yasmine, las familias están debatiendo sobre la justicia y cómo hacer rendir cuentas a quienes detienen o hacen desaparecer a sus seres queridos. La mayoría de las familiares de la sección local del Líbano son víctimas del régimen de al-Asad, pero también hay víctimas de grupos armados15.

Especialmente en el ámbito local, donde las familiares son vulnerables y carecen de acceso a los servicios básicos, la idea de justicia adquiere un carácter más global que va más allá de la responsabilidad penal. Incluye la justicia social y económica, que requiere de una perspectiva sensible al género que tenga en cuenta toda su experiencia de vida16. Son refugiadas, mujeres, privadas de sus derechos y, además, parientes de una persona desaparecida, lo que acrecienta significativamente su vulnerabilidad.

Por lo tanto, las oportunidades educativas son un elemento crucial para lidiar con las responsabilidades y una ocasión para aliviar el impacto de las cargas. En un nivel más básico, las oportunidades de alfabetización son críticas para que las mujeres con una educación formal mínima o nula puedan negociar procedimientos administrativos ante las fuerzas seguridad, la administración y las prisiones. Por otra parte, la formación profesional puede ampliar el número de trabajos a los que las mujeres pueden aspirar y pueden asumir. La ampliación de las oportunidades educativas puede permitir a las familiares de desaparecidos negociar unos mejores salarios y compensaciones, así como aumentar su autosuficiencia y confianza. Además, para aquellas con la suficiente educación formal previa, el acceso a la educación superior también puede ser clave para incrementar su capacidad de resistencia y adaptación a la adversidad.

A través del dolor compartido y el apoyo recíproco, las familiares pudieron alentarse mutuamente a ser más activas y abiertas

Tanto en el grupo central como en las secciones locales, las actividades y el activismo por la causa desembocan en un cambio en la forma de pensar y actuar de las mujeres. Según Asmaa Al Farraj, miembro del grupo central y coordinadora de la sección de Manchester (Reino Unido), la comunicación inicial entre las familias fue difícil, por la sensación de desesperanza e impotencia. En Siria, el uso de la detención y la desaparición forzada como armas de guerra y opresión hace que las familias se sientan completamente impotentes, especialmente si han abandonado Siria y, por lo tanto, ya no pueden buscar físicamente a sus seres queridos. Esto a menudo las conduce a un total aislamiento emocional y psicológico, en el que anhelan a su ser querido, pero al mismo tiempo se sienten culpables por haberse ido y haber abandonado su búsqueda. No obstante, a través del dolor compartido y el apoyo recíproco, las familiares pudieron alentarse mutuamente a ser más activas y abiertas17. Algo similar sucede en la sección local del Líbano, donde las mujeres ya no están dispuestas a aceptar su posición de víctimas y quieren ser más visibles y proclamar sus reivindicaciones. Como consecuencia de su movilización comunitaria, desarrollan ideas de actividades e incluso han llevado a cabo tareas de activismo tanto local como internacional18.

A través de la movilización de las familiares, se ha hecho evidente que inicialmente el sufrimiento psicológico es el mayor obstáculo para la participación en estas actividades, porque exige a los familiares un compromiso activo con la persona desaparecida. Sin embargo, tras este reto inicial, hemos presenciado beneficios psicológicos (“Sé que no estoy sola y hay otras como yo”) y la aparición de una sensación de consuelo (“Estas familias ahora son como la mía”).

1. Protecting women from the impact of enforced disappearances”, OHCHR, 2012.

2. “The Disappeared and Invisible”, ICTJ, 2015.

3. Kapur, Amrita. “Overlooked and invisible: the women of enforced disappearances”, 14 de abril de 2015.

4. También hay detenidas, aunque en menor número. Sin embargo, en este artículo nos centraremos principalmente en los familiares de los detenidos, no en las detenidas. El análisis de las vulnerabilidades de las mujeres detenidas es importante, pero va más allá de la perspectiva de este documento.

5. Shadows of the Syrian Disappeared: Testimonies of Female Relatives Left with Loss and Ambiguity, Dawlaty y Women Now for Development, 2018.

6. “Protecting women from the impact of enforced disappearances”, OHCHR, 2012.

7. Gender Justice and Feminist Knowledge Production in Syria, Women Now for Development, 2019.

8. Kapur, Amrita: “Overlooked and invisible: the women of enforced disappearances”, 14 de abril de 2015.

9. Ibid.

10. Shadows of the Syrian Disappeared: Testimonies of Female Relatives Left with Loss and Ambiguity, Dawlaty y Women Now for Development, 2018.

11.“Protecting women from the impact of enforced disappearances”, OHCHR, 2012.

12. Ver Families for Freedom

13. “Detainees’ Families Ask Geneva to Raise Issue of Detainees Above Negotiations”, Enab Baladi, 2017.

14. Shadows of the Syrian Disappeared: Testimonies of Female Relatives Left with Loss and Ambiguity, Dawlaty y Women Now for Development, 2018.

15. Entrevista con Yasmine, 5 de febrero de 2020.

16. Gender Justice and Feminist Knowledge Production in Syria, Women Now for Development, 2019.

17. Entrevista con Asmaa, 8 de febrero de 2020.

18. Entrevista con Yasmine, 5 de febrero de 2020.

SOBRE LA AUTORA
Anna Fleischer trabaja en Siria y específicamente en el ámbito de los derechos de las mujeres y la movilización de base. En este contexto, está particularmente interesada en amplificar las voces de las mujeres locales sobre temas como la detención y la desaparición forzada. En su papel anterior como técnica de campañas y comunicación en la organización siria de derechos de la mujer Women Now for Development, acompañó al movimiento Families for Freedom desde sus inicios hasta la actualidad. Ahora es coordinadora de programas en la Oficina de Beirut de la Fundación Heinrich Böll. Estudió Ciencias Políticas, Estudios del Medio Oriente y el idioma árabe en Alemania, el Reino Unido y Egipto.

Esta es una versión traducida del artículo publicado originalmente en inglés.

Fotografía Visita al Líbano

© Generalitat de Catalunya