Drogas y violencias en América Latina

Más allá de los clichés, una compleja y dura realidad

Popularizada por el cine y las series televisivas, la violencia relacionada con el narcotráfico y con las políticas antidrogas ha despertado cierta curiosidad, por no decir fascinación. Sin embargo su crudeza no tiene nada de ciencia ficción y su impacto real sobre millones de personas merece un profundo análisis y estrategias eficaces para hacerle frente desde el respeto de los derechos humanos, la protección de la salud pública y la buena gobernanza.

Se trata de multiviolencias que responden a dinámicas muy distintas de un caso a otro y que afectan, en mayor o menor medida, a territorios de todos los continentes. No obstante, en este número de la revista Por la Paz, hemos querido poner el foco en algunos de los países de América Latina más afectados por violencias de alta intensidad relacionadas con la delincuencia y con las políticas de represión del crimen, conscientes de que si la revista fuera más extensa se podrían añadir análisis sobre otras realidades latinoamericanas. Cada uno de estos países se examina desde una perspectiva diferente, que no necesariamente es la única a tomar en consideración ni forzosamente la más determinante. Analizar diferentes factores que explican las violencias relacionadas con las drogas y sus consecuencias da una idea de la complejidad del asunto.

El monográfico abre con una entendedora introducción de Angélica Durán-Martínez, autora del libro The Politics of Drug Violence. Criminals, Cops, and Politicians in Colombia and Mexico (Oxford University Press, 2018). El artículo ofrece una interesante visión sobre las múltiples dimensiones de las violencias relacionadas con las drogas y cómo éstas tienen una relación directa con la estructura de los grupos criminales y su implicaciones en distintos tipos de negocios lícitos e ilícitos, las políticas para combatirlas, los niveles de corrupción, etc.

Analizar diferentes factores que explican las violencias relacionadas con las drogas y sus consecuencias da una idea de la complejidad del asunto

En segundo lugar, Olga Guzmán, Directora de Incidencia en la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), hace una síntesis de las graves violaciones de derechos humanos que se están cometiendo en el marco de una política militarizada de “guerra contra las drogas” en México, posiblemente el país actualmente más ilustrativo del poder del narcotráfico. Un poder que se alimenta substancialmente de la corrupción de cargos públicos y de la implicación de cuerpos policiales o militares. Es el caso, entre otros, de Venezuela, que, como explica Anna Ayuso, investigadora del CIDOB, país que se ubica entre el foco máximo de producción y las vías a los dos grandes mercados y se ha convertido en un punto negro del tráfico ilícito de drogas y armas, sumándose este factor a otros elementos que configuran los altos niveles de inseguridad en el país.

El narcotráfico no es la única explicación a la violencia de alta intensidad que se vive en la región y especialmente en Centroamérica. En el caso de El Salvador, se ha asociado erróneamente las actividades de las maras con las de las grandes corporaciones del negocio ilegal de las drogas. Pero, como bien han demostrado recientes y profundizadas investigaciones, esta asociación está sobredimensionada. El papel de las bandas criminales como la Mara Salvatrucha o Barrio 18 en la distribución de drogas ilícitas se calcula en quilos, no en toneladas. Así lo relata en el cuarto artículo Roberto Valencia, periodista en el periódico El Faro.

Este monográfico se centra en las realidades de México, Venezuela, El Salvador, Colombia y el Brasil, a partir de un artículo marco sobre las múltiples dimensiones de la violencia 

Es evidente que la producción y distribución de drogas tienen un impacto real en la seguridad de muchos países. En Colombia, otro país ilustrativo del peso del narcotráfico, este impacto es todavía más considerable. De hecho, los Acuerdos de Paz entre el Gobierno y las FARC firmados en La Habana incorporan esta cuestión como elemento capital para la construcción de paz, relacionándolo con otro punto de los Acuerdos: la reforma agraria. Araceli Manjón-Cabeza, directora de la cátedra extraordinaria “Drogas Siglo XXI” de la Universidad Complutense de Madrid, ofrece una reflexión al respecto a la luz de la actual situación política en el país.

Finalmente, hemos querido abordar también el impacto de las drogas en Brasil, un país donde su penalización ha contribuido, entre otras cosas, a exacerbar una grave crisis de los derechos humanos en el sistema penitenciario, que afecta principalmente a la población más empobrecida. Nos da una visión ben documentada de ello Orlando Zaccone, comisario de policía en Rio de Janeiro, en el apartado Entrevista. Hemos preparado este monográfico en paralelo al seminario internacional “Drogas, políticas y violencias. Del consenso global a nuevos enfoques”, organizado por el ICIP y Casa América Catalunya los días 23 y 24 de octubre 2018 en Barcelona. Se inscribe en el marco de “Violencias fuera de contextos bélicos”, uno de los cuatro programas transversales del ICIP.

Fotografía : Operación del ejército en la favela de Rocinha, Río de Janeiro / Agência Brasil Fotografias.

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