Los días 25 y 26 de mayo, el ICIP acogió dos actividades con la geógrafa y activista Ruth Wilson Gilmore, una de las voces más relevantes del pensamiento abolicionista contemporáneo. A lo largo de sus intervenciones en Barcelona, Gilmore abordó las limitaciones estructurales del sistema penal y defendió la abolición como práctica colectiva centrada en la reparación del daño y orientada a construir sociedades más justas, solidarias y libres de violencia.
Domingo 25 de mayo – Feria Literal
Con el título «Abolir la industria del castigo: retos y prácticas políticas para la emancipación», la primera sesión tuvo lugar en la Feria Literal, guiada por la investigadora Ainhoa Nadia Douhaibi. Gilmore expuso algunas de las ideas centrales de su pensamiento, como la noción de la abolición entendida como una emancipación en ensayo, un proceso constante para crear espacios de libertad y relaciones transformadoras.
También analizó lo que ella denomina el “complejo industrial penitenciario”, donde destacó cómo el sistema penal organiza de manera eficiente los recursos estatales (tierra, trabajo, capital y autoridad) para contener poblaciones y reproducir desigualdades. Este modelo prioriza la represión y el castigo por encima de los servicios esenciales, especialmente en contextos de recortes y austeridad.
Para Gilmore, la libertad es un lugar que se construye colectivamente, y la labor abolicionista no consiste únicamente en eliminar prisiones, sino en crear alternativas reales y sostenibles basadas en el cuidado, la responsabilidad comunitaria y la justicia restaurativa.
Lunes 26 de mayo – La Modelo
El segundo encuentro tuvo lugar en el salón de actos de La Modelo, un espacio con una carga simbólica evidente ya que fue la cárcel de Barcelona. Con el título “Seguridad y justicia: modelos alternativos al punitivismo”, la sesión contó con la facilitación de Basha Changue (activista afrofeminista) y la participación de Áurea Martín (Cerramos los CIE), Iñaki Rivera (UB) y Laia Serra (abogada penalista), y fue inaugurada por la Síndica de Greuges, Esther Giménez-Salinas.
Gilmore hizo hincapié en que el abolicionismo es un modelo, y no un horizonte, y defendió un internacionalismo “desde abajo” que conecte luchas diversas y genere complicidades entre personas y colectivos que resisten en todo el mundo. Planteó tres imperativos para la abolición: debe ser verde (sostenible), roja (contra el capitalismo racial) e internacionalista (conectada y plural).
A lo largo del diálogo, también se reflexionó sobre los retos y contradicciones que supone el uso estratégico de las herramientas jurídicas dentro de los movimientos abolicionistas, remarcando que la respuesta colectiva a las violencias debe ir más allá del castigo y promover formas comunitarias de resolución de conflictos y reparación.
Un pensamiento con raíces comunitarias y transformadoras
Con una trayectoria que combina academia y activismo, Ruth Wilson Gilmore es cofundadora de colectivos como Critical Resistance e INCITE! y autora de obras como Golden Gulag y Abolition Geography.
Su visita a Barcelona, organizada por el área de trabajo «Alternativas de seguridad» del ICIP, ofreció una oportunidad única para abrir espacios de reflexión colectiva sobre cómo repensar la seguridad, la justicia y la libertad desde una perspectiva transformadora, no punitiva y con raíces comunitarias. Esta mirada enlaza con el trabajo del ICIP para promover modelos de seguridad centrados en la construcción de paz, garantía de derechos y superación de todas las formas de violencia estructural.