Este martes 1 de agosto se ha presentado en la sede de Naciones Unidas en Nueva York el informe Wagner Group desencadenado en Ucrania. El impacto militar, político y sobre los derechos humanos del Grupo Wagner desde la invasión en 2022. Se trata de un informe elaborado por el Instituto Novact de Noviolencia, en colaboración con Shock Monitor, el Observatorio de Empresas y Derechos Humanos en el Mediterráneo y la organización Suds. El informe cuenta con el apoyo financiero del ICIP gracias a una de las subvenciones a entidades que la institución convoca cada año. El trabajo se ha presentado en el marco de la sesión del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas para el uso de mercenarios.

La investigación sobre el Grupo Wagner ha sido realizada por un equipo de investigación coordinado por Felip Daza Sierra, junto con Carlos Díaz Bodoque y la asistencia de Anhelina Hrytsei y Mathilde Machteld Romeo.

El informe se hará público en septiembre y analiza el impacto del Grupo Wagner en Ucraina. La investigación cuenta con el testimonios de 40 expertas, instituciones y Organizaciones de la Sociedad Civil del ámbito académico y de derechos humanos. También se ha entrevistado a personal militar involucrado en las operaciones del lado ucraniano.

La presencia del Grupo Wagner en Ucrania ha aumentado dramáticamente la gravedad del conflicto, exacerbando la mortaldad, intensificando la confrontación y provocando la fragmentación de los actores armados no estatales. En el informe se destaca especialmente, la presunta implicación del Grupo Wagner en crímenes de guerra, especialmente en el asesinato a las autoridades locales y la decapitación de prisioneros de guerra. Las investigaciones judiciales que se encuentran en curso por la Fiscalía ucraniana dan cuenta del uso de reclusos como “escudos humanos forzados”, especialmente en las batallas de Donbás. También se destaca que el Grupo Wagner diseña operaciones de combate y hace uso de armamento pesado, artillería y tecnología para actividades de reconocimiento.

El trabajo detalla las prácticas de reclutamiento depredadoras como incorporar a sus filas a reclusos y jóvenes marginados en Rusia y la utilización de combatientes extranjeros de Siria, Serbia, Afganistán, entre otros. Según el informe, el Grupo Wagner está jugando un papel político creciente, que combina el conservadurismo social, las reivindicaciones patrióticas y el culto a la delincuencia. El auge de sus actividades se identifica también en la apatía general de la población rusa hacia la guerra, la falta de comprensión de los objetivos militares de esta, entre otros. Como respuesta, el Grupo Wagner ha desarrollado un imperio empresarial y mediático, que sostiene las actividades delictivas y otras actividades ilícitas del grupo, así como prácticas de contratación abusivas. Wagner cuenta con el apoyo de grupos de extrema derecha (RIM, TFRusich) y de la nueva élite mediática compuesta por blogueros e influencers militares.

Finalmente, el informe destaca cómo el Grupo Wagner está generando dividendos políticos claves para Putin tales como: victorias militares simbólicas, el aumento del apoyo de las actividades propias de la invasión en Ucrania, permitir el mantenimiento de la confrontación militar en medio de un clima de apatía hacía la guerra al interior de Rusia. Sin embargo, la posible desaparición del Grupo Wagner no impedirá el uso de otros proxies en la guerra de Ucrania ni la proliferación de la industria rusa de las Empresas Militares de Seguridad Privada (EMSP).

Por ello, el informe hace un conjunto de recomendaciones fundamentales que son parte del mensaje central para el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas.

Para los organismos Internacionales y los gobiernos nacionales:

  • Reforzar los marcos normativos nacionales para controlar las EMSP, incluidos unos sólidos mecanismos de concesión de licencias, supervisión y reparación.
  • Crear un amplio instrumento internacional jurídicamente vinculante para regular la actividad de las EMSP, así con normas adecuadas para prevenir las violaciones de derechos humanos, la protección de las víctimas y la reparación efectiva.
  • Designar a Wagner Group como organización terrorista y grupo armado financiado por la Federación Rusa.
  • Impulsar la persecución penal internacional, incluidos los principios de jurisdicción universal.

Para las organizaciones de la sociedad civil:

  • Mejorar los mecanismos de supervisión y presentación de informes sobre la actividad de las EMSP y su impacto interseccional en los derechos humanos, con especial atención a las violaciones de los derechos de las mujeres.
  • Sensibilizar al público en general y a las comunidades afectadas por conflictos para que puedan distinguir a los contratistas privados de las fuerzas regulares y comprender el impacto de la privatización de la guerra a nivel político y social.
  • Emprender acciones de incidencia política para promover normativas internacionales y nacionales de control de las EMSP.

Tras la presentación en la sede de Naciones Unidas, está previsto hacer público el informe en septiembre. El mismo mes se realizará una presentación del trabajo en Barcelona.

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