El pasado jueves 13 de septiembre el ICIP celebró en el Palau Centelles de Barcelona el seminario «Violencias fuera de contextos bélicos», que reunió a expertos conocedores de las violencias que afectan diferentes países de la América Latina, región que concentra el 40% de los homicidios registrados a nivel mundial. Violencias vinculadas a problemáticas comunes como son el crimen organizado, el narcotráfico, las bandas, la corrupción, las desigualdades o la pobreza.
Después de la bienvenida del presidente del ICIP, Xavier Masllorens, la reflexión inicial fue a cargo de Ivan Briscoe, director del programa de América Latina y el Caribe del International Crisis Group, quien estableció conexiones entre la violencia política y la violencia criminal que afecta a la región, «fenómenos que no son aislados», y reflexionó sobre los nuevos tipos de violencia, de extrema crueldad y muy selectiva, que tienen en el punto de mira a líderes políticos y sociales, y que es necesario que los Estados sepan como darles respuesta.
Las siguientes intervenciones fueron a cargo de Jessica Cohen, analista en seguridad internacional, Katherine Aguirre (Instituto Igarapé del Brasil), Raquel Willadino (Observatório de Favelas del Brasil), Carles Feixa (Universidad Pompeu Fabra), David Bondia (Instituto de Derechos Humanos de Cataluña), Marc Bosch (Médicos sin Fronteras) y Gisela Cardús (Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado).
Los diferentes ponentes pusieron de manifiesto la necesidad de abordar las causas estructurales de la violencia – como son las desigualdades, la exclusión social y la falta de oportunidades -, la necesidad de establecer más coordinación a nivel local, nacional y regional, de estudiar las violencias desde un enfoque multidisciplinar y de buscar respuestas individuales para cada tipo de violencia, que se basen en estrategias de prevención y de transformación de conflictos, y superen las actuales políticas de militarización. Precisamente sobre las estrategias positivas, durante la jornada se hizo una particular mención a los casos de ciudades como Ciudad Juárez (México), San Pedro Sula (Honduras) o Medellín (Colombia) que han registrado durante años los índices más elevados de violencia y que han experimentado una reducción progresiva del número de muertes violentas. Asimismo, a la jornada también se reflexionó sobre la necesidad de responder a las violencias desde un marco de respeto y cumplimiento de los derechos humanos, y se abordaron consecuencias directas de las violencias, como los desplazamientos de población y las demandas de asilo o la acción humanitaria.
El director del programa del ICIP «Violencias fuera de contextos bélicos», Oscar Mateos, apuntó como conclusiones finales la necesidad, precisamente, de estudiar las estrategias de prevención de las violencias y de transformación social, con el fin de poder ofrecer proyectos de vida en contextos muy precarizados, y poder construir modelos de paces emancipadores y liberadores, como alternativa a los modelos de paz securititzada, que impidan que la violencia se convierta en un fenómeno rutinario. Mateos alertó de la incapacidad de los Estados para dar respuesta a estas violencias y de la necesidad de poner en valor a los actores subestatales y al poder creativo y esperanzador de la sociedad civil.
Durante el seminario se hizo un minuto de silencio en recuerdo a Vicent Martínez Guzmán, quien fue vicepresidente del ICIP, y Anna Bastida, exmiembro de la Junta de Gobierno del ICIP, dos personas que han trabajado de manera destacada en el ámbito de la construcción y el fomento de la paz desde su conocimiento académico y personal.

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