Con motivo del Día Internacional contra el Discurso de Odio, el miércoles 18 de junio, el ICIP ha coorganizado la jornada «El odio no chuta: Fútbol por la convivencia«, una iniciativa conjunta de entidades sociales e instituciones para reivindicar la cohesión social y la convivencia frente al racismo y la exclusión.
Ha sido una acción promovida por la asociación Street Soccer Barcelona, pionera en el uso del fútbol como herramienta de inclusión y empoderamiento comunitario, Novact, el ICIP y el Club Deportivo Europa, el primer equipo catalán en declararse contrario al racismo, al fascismo, al machismo, a la homofobia y al bullying, que ha cedido el campo Nou Sardenya para un partido muy especial.
Una selección formada por miembros de Street Soccer Barcelona, del ICIP y Novact han jugado un amistoso contra personas vinculadas al Europa, con el objetivo de celebrar la diversidad y hacer una acción colectiva para hacer frente al odio desde la acción comunitaria y el compromiso transformador. Street Soccer ha presentado su nueva equipación, diseñada con la colaboración de Top Manta, la marca de ropa social y solidaria del colectivo de manteros de Barcelona.
Los valores del deporte para la construcción de paz
Antes del partido, en las mismas instalaciones del Nou Sardenya se ha presentado la acción, en una mesa redonda con participación de Raül Romeva, doctor en Ciencias de la Educación y el Deporte y en Relaciones Internacionales; Íngrid Hinojosa y David Sow, de Street Soccer Barcelona; Luca Gervasoni, codirector de Novact, y Kristian Herbolzheimer, director del ICIP. La sesión, moderada por Eric Hauck, ex delegado del Govern en los Balcanes, ha sido clausurada por Victoria Alsina, presidenta del distrito de Gràcia.
Romeva ha explicado cómo el deporte, y el fútbol concretamente, puede ser un «vector para romper estigmas y estereotipos, para humanizar y para construir sociedades más cohesionadas» y, para conseguirlo, ha resaltado la importancia de «construir referentes en positivo», como es hoy el fútbol femenino.
Por su parte, David Sow ha destacado la contribución de Street Soccer Barcelona para la inclusión de jóvenes inmigrantes y en situación vulnerable, como personas sin hogar. «A través del fútbol la asociación genera un espacio seguro y permite tejer redes. En el terreno de juego desaparecen todas las diferencias».
En la sesión se ha puesto de manifiesto la importancia del trabajo para la paz, por parte de entidades e instituciones, y de la educación, para hacer frente a los discursos de odio.
A partir del miércoles 2 de julio, las entidades y centros de investigación propuestos como beneficiarios en esta resolución provisional tendrán que presentar el documento de aceptación de la subvención y la documentación requerida según las bases, dentro de un plazo de 10 días hábiles. En este mismo período, también se podrán presentar alegaciones, que se valorarán antes de resolver definitivamente la convocatoria.
El ICIP convoca anualmente estas dos líneas de subvenciones con el objetivo de fomentar la cultura de paz e impulsar la generación y la transmisión de conocimiento.
Proyectos incluidos en las resoluciones provisionales
En la convocatoria de subvenciones para proyectos de entidades destinadas al fomento de la paz, la resolución provisional incluye siete proyectos por un importe total de 80.000 euros:
Barrios seguros, barrios vivos: convivencia y seguridad comunitaria (Confederación de Asociaciones Vecinales de Cataluña)
Memorial de los desaparecidos en Argelia (Sodepau)
Tanta, tanta guerra (Asociación Colectivo de Periodistas Contrast)
Farenheit 441 (Asociación Náia, laboratorio social del conflicto y la justicia regenerativa)
Ahimsa: un proyecto de cocreación artística para tejer paz (ARC, Taller de Música, Fundación Privada)
Diálogos ecofeministas por la paz y la defensa de la tierra (Líbano-Cataluña) (CooperAcció)
Saltar (Asociación Auc. Audiovisuales para la Transformación)
En la convocatoria de subvenciones para trabajos de investigación en el ámbito de la paz R-ICIP, la resolución provisional incluye ocho proyectos con un importe global de 79.043,14 euros:
Genocidio e (in)acción: El rol de los tribunales nacionales en la implementación de obligaciones internacionales para la prevención del genocidio (Universitat Ramon Llull)
CIUDAD MEMORIA: Cartografías de guerra y reconstrucción desde la diáspora contemporánea (UPC)
DESPOL ¿Qué estamos haciendo mal? Espacios de reflexión con profesionales que trabajan la DESPOLarización de las masculinidades jóvenes (UPF)
Comer juntos: los iftars públicos como dispositivos de paz cotidiana (UAB)
La comunidad de origen hondureño en Girona: Análisis de vulnerabilidades, peligros y activos, y propuestas de actuación (UdG)
Transición energética, extractivismo y conflictos socioambientales: Mapeo de los conflictos y los impactos socioambientales vinculados a la expansión de la frontera extractiva de metales y minerales para la transición energética (IBEI)
La industria del genocidio: Del laboratorio de empleo a la legitimación europea – el viaje del know-how represivo israelí al Mediterráneo (Novact)
VERDE: Vigilancia y Estrategias de Resistencia frente a las demandas SLAPP contra el activismo ambiental (URV)
Se pueden consultar los proyectos subvencionados en anteriores ediciones en la sección de la web dedicada a las Subvenciones.
Los días 25 y 26 de mayo, el ICIP acogió dos actividades con la geógrafa y activista Ruth Wilson Gilmore, una de las voces más relevantes del pensamiento abolicionista contemporáneo. A lo largo de sus intervenciones en Barcelona, Gilmore abordó las limitaciones estructurales del sistema penal y defendió la abolición como práctica colectiva centrada en la reparación del daño y orientada a construir sociedades más justas, solidarias y libres de violencia.
Domingo 25 de mayo – Feria Literal
Con el título «Abolir la industria del castigo: retos y prácticas políticas para la emancipación», la primera sesión tuvo lugar en la Feria Literal, guiada por la investigadora Ainhoa Nadia Douhaibi. Gilmore expuso algunas de las ideas centrales de su pensamiento, como la noción de la abolición entendida como una emancipación en ensayo, un proceso constante para crear espacios de libertad y relaciones transformadoras.
También analizó lo que ella denomina el “complejo industrial penitenciario”, donde destacó cómo el sistema penal organiza de manera eficiente los recursos estatales (tierra, trabajo, capital y autoridad) para contener poblaciones y reproducir desigualdades. Este modelo prioriza la represión y el castigo por encima de los servicios esenciales, especialmente en contextos de recortes y austeridad.
Para Gilmore, la libertad es un lugar que se construye colectivamente, y la labor abolicionista no consiste únicamente en eliminar prisiones, sino en crear alternativas reales y sostenibles basadas en el cuidado, la responsabilidad comunitaria y la justicia restaurativa.
Lunes 26 de mayo – La Modelo
El segundo encuentro tuvo lugar en el salón de actos de La Modelo, un espacio con una carga simbólica evidente ya que fue la cárcel de Barcelona. Con el título “Seguridad y justicia: modelos alternativos al punitivismo”, la sesión contó con la facilitación de Basha Changue (activista afrofeminista) y la participación de Áurea Martín (Cerramos los CIE), Iñaki Rivera (UB) y Laia Serra (abogada penalista), y fue inaugurada por la Síndica de Greuges, Esther Giménez-Salinas.
Gilmore hizo hincapié en que el abolicionismo es un modelo, y no un horizonte, y defendió un internacionalismo “desde abajo” que conecte luchas diversas y genere complicidades entre personas y colectivos que resisten en todo el mundo. Planteó tres imperativos para la abolición: debe ser verde (sostenible), roja (contra el capitalismo racial) e internacionalista (conectada y plural).
A lo largo del diálogo, también se reflexionó sobre los retos y contradicciones que supone el uso estratégico de las herramientas jurídicas dentro de los movimientos abolicionistas, remarcando que la respuesta colectiva a las violencias debe ir más allá del castigo y promover formas comunitarias de resolución de conflictos y reparación.
Un pensamiento con raíces comunitarias y transformadoras
Con una trayectoria que combina academia y activismo, Ruth Wilson Gilmore es cofundadora de colectivos como Critical Resistance e INCITE! y autora de obras como Golden Gulag y Abolition Geography.
Su visita a Barcelona, organizada por el área de trabajo «Alternativas de seguridad» del ICIP, ofreció una oportunidad única para abrir espacios de reflexión colectiva sobre cómo repensar la seguridad, la justicia y la libertad desde una perspectiva transformadora, no punitiva y con raíces comunitarias. Esta mirada enlaza con el trabajo del ICIP para promover modelos de seguridad centrados en la construcción de paz, garantía de derechos y superación de todas las formas de violencia estructural.
La Junta de Gobierno del ICIP ha concedido el Premio ICIP Construcción de Paz 2025 a la organización siria Women Now for Development “por su labor de apoyo, protección y empoderamiento de las mujeres sirias, dentro y fuera del país, como símbolo de resistencia y solidaridad feminista frente a la violencia”.
El premio reconoce la destacada contribución de Women Now for Development a la paz, la justicia y la dignidad en Siria, un país profundamente afectado por la represión, el conflicto armado y el exilio forzado. La organización ha sido seleccionada entre una veintena de candidaturas internacionales por su labor transformadora y resiliente durante la última década.
Fundada en 2012 por la escritora y periodista siria Samar Yazbek, Women Now for Development nació como una iniciativa comunitaria para apoyar a mujeres y niñas en los primeros días de la revolución siria. Su objetivo inicial era crear espacios seguros donde las mujeres pudieran encontrarse, compartir conocimientos y experiencias, y explorar de forma colectiva cómo apoyar a sus comunidades. Desde entonces, se ha convertido en una organización feminista de referencia que trabaja tanto en zonas de guerra como en contextos afectados por el conflicto, dentro y fuera de Siria.
Durante estos trece años, la organización ha desarrollado un modelo arraigado en los valores feministas y la solidaridad comunitaria. Women Now for Development ha reforzado el papel de las mujeres en las esferas pública y privada, proporcionando herramientas, recursos y conocimientos. De este modo, la organización ha contribuido a formar una generación de mujeres que siguen resistiendo a la violencia y construyendo esperanza en medio de la destrucción.
Un enfoque centrado en las supervivientes
Con presencia en Siria, Líbano y Turquía, la organización ha acompañado a comunidades que han sufrido graves vulneraciones de derechos humanos, como asedios, desplazamientos forzados o ataques químicos. Su trabajo se caracteriza por un enfoque centrado en las supervivientes, con énfasis en la protección, la participación y el empoderamiento, y una firme apuesta por la organización comunitaria. Además, lidera esfuerzos de incidencia internacional para amplificar las voces de las mujeres sirias —a menudo marginadas en el discurso político dominante— y para exigir justicia y rendición de cuentas.
Guiada por principios feministas y con un equipo formado por activistas profundamente arraigadas en sus comunidades, Women Now for Development sigue imaginando y construyendo un futuro más justo e inclusivo para Siria.
Al ser conocedora del premio, la directora ejecutiva de la organización, Lubna Alkanawati, compartió un recuerdo: “En 2014, durante uno de los periodos más duros del asedio impuesto por el régimen de Al-Assad al este de Ghouta, nos faltaba casi todo. Mi vecina Mariam, de 65 años, cabeza de una familia de veinte personas que vivían en condiciones inimaginables, siempre se aseguraba de compartir conmigo una pequeña parte de su comida. Aquel pequeño bocado —ofrecido con cuidado y solidaridad— me ayudó a no perder mi humanidad cuando la guerra mostró su cara más cruel. Me recordó lo que significa ser humana en tiempos inhumanos.”
Alkanawati dedicó el premio “a Mariam, al equipo de Women Now for Development, que sigue demostrando al mundo cómo las mujeres pueden liderar el cambio con determinación, voluntad y pasión; y a todas las mujeres sirias que, con cuidado, resiliencia, compasión y coraje, continúan resistiendo la destrucción y construyendo esperanza.” También afirmó que recibir el Premio ICIP “es un reconocimiento poderoso al compromiso persistente de las mujeres sirias, que han resistido la violencia, creado alternativas e imaginado la justicia incluso en los momentos más oscuros. También es un homenaje a la solidaridad feminista que traspasa fronteras y nos fortalece.”
Women Now for Development ha trabajado de forma constante para asegurar que las voces de las mujeres estén en el centro de todos los procesos de construcción de paz, justicia y rendición de cuentas. La organización sostiene que no puede haber una paz sostenible sin justicia —y que no puede haber justicia ni paz sin las mujeres.
Arraigada en iniciativas comunitarias, su labor ha alcanzado hitos clave: la creación de la Red Adala en 2016; la participación en negociaciones civiles locales a través del Civil Block en el este de Ghouta en 2018; y, más recientemente, el apoyo a movimientos liderados por supervivientes que reclaman la creación de la Institución Independiente para las Personas Desaparecidas en la República Árabe Siria (IIMP).
Premio ICIP Construcción de Paz
Desde el año 2011, el ICIP otorga anualmente el Premio Construcción de Paz con el objetivo de reconocer públicamente a personas, entidades o instituciones que han contribuido de forma destacada y continuada a la promoción de la paz.
El galardón consiste en un reconocimiento público, una escultura llamada Puerta del Sol creada por el Premio Nobel de la Paz, artista y activista Adolfo Pérez Esquivel, y una dotación económica de 6.000 euros. El acto de entrega tendrá lugar en septiembre de 2025 en el Parlamento de Cataluña, coincidiendo con el Día Internacional de la Paz.
Este mes de mayo se han publicado las dos convocatorias de subvenciones del ICIP destinadas a fomentar las iniciativas y los proyectos de fomento de la cultura de paz, con un importe global de 80.000 euros cada una.
Se puede consultar las convocatorias, junto con una guía informativa, en el apartado de Subvenciones de la web del ICIP, donde también se especifican los proyectos subvencionados en las anteriores ediciones. Para resolver dudas, se ha habilitado el siguiente correo electrónico: convocatories@icip.cat.
El ICIP convoca anualmente dos líneas de subvenciones con el objetivo de fomentar la investigación en el ámbito de la cultura de paz y permitir la transmisión de conocimiento.
El ICIP ha presentado en rueda de prensa el estudio «El arraigo de las ideas involucionistas y belicistas en Cataluña» (Informe ICIP, 24/2025, disponible en catalán). El trabajo, realizado por el periodista y analista de datos Roger Tugas i Vilardell, analiza qué sectores de la población catalana defienden más las ideas contrarias a los valores democráticos, los derechos humanos y la paz, como el racismo, el machismo, la LGTBIfobia o el militarismo.
Los datos se han extraído de siete encuestas de instituciones públicas. Se ha realizado un análisis en profundidad de la Encuesta ICIP 2022 “Convivencia y cohesión en Cataluña” y la Encuesta ICIP 2023 “Convivencia y seguridad en Cataluña”, y se han estudiado sondeos complementarios sobre valores y hábitos del CEO y el CIS del año 2023, así como la Encuesta Social Europea. Los datos de un total de 130 preguntas se han cruzado a partir de diferentes variables: edad, sexo, nivel de estudios, tamaño del municipio de residencia, grado de confianza social, renta o preocupación por la seguridad.
El estudio forma parte de la línea de trabajo «Diálogo social y político«, con el objetivo de fomentar la convivencia, el diálogo y la cohesión social en Cataluña. Según ha explicado el director del ICIP, Kristian Herbolzheimer, «es fundamental saber gestionar la discrepancia y los conflictos de manera constructiva, y por eso queremos entender en cuáles de la sociedad arraigan más los valores antidemocráticos y qué factores explican estas actitudes, con una mirada amplia y huyendo de las respuestas simplistas».
Principales conclusiones
El estudio confirma que los planteamientos machistas, homófobos, transfóbicos, racistas, autoritarios y belicistas arraigan más entre los hombres, especialmente los chicos jóvenes, y entre las personas que tienen poca confianza social, más preocupadas por la seguridad o el incivismo y con dificultades económicas.
Sin embargo, no se percibe una tendencia generacional hacia posturas más conversadoras: la gente joven no es menos feminista ni más racista que el conjunto de la sociedad. Por el contrario, la juventud defiende más el derecho al aborto, los derechos LGTBI y las nuevas formas de relación sexoafectivas. Asi mismo, los jóvenes sí que defienden más el punitivismo y la defensa militar.
Según el autor del estudio, Roger Tugas y Vilardell, «las personas que más abrazan las ideas involucionistas son aquellas que padecen incertidumbres, inseguridades y miedos ante un horizonte pesimista, marcado por la precariedad y una sociedad cambiante«. Este perfil identifica a los jóvenes, en su mayoría hombres, un colectivo muy expuesto en las redes sociales -donde predominan discursos de odio-, con dificultades económicas para emanciparse y con un bagaje político menos consolidado y, por tanto, más permeables a adoptar ideas nuevas. Pero el autor descarta que sea exclusivamente una cuestión generacional y de género, sino multifactorial.
En este sentido el director del ICIP ha destacado que a menudo se criminaliza a los chicos jóvenes como seguidores de las ideas de extrema derecha pero «hay actitudes retrógradas en todos los segmentos de la sociedad».
Cruce de variables
A partir del cruce de distintas variables, el estudio constata que la percepción de la convivencia está relacionada con las expresiones de racismo, intolerancia o militarismo. Por ejemplo, entre las personas que creen que la convivencia en su barrio/municipio es muy mala, sólo el 43% vería bien que un hijo o hija se casara con una persona refugiada. En cambio, entre las personas que creen que la convivencia es muy buena, el porcentaje de aceptación asciende al 67%. Asimismo, las personas que manifiestan que la convivencia en su barrio/municipio es muy mala son más propensas a defender el gasto militar.
El análisis permite también establecer una relación entre la percepción personal de éxito o fracaso y la valoración de la inmigración. Un 58% de las personas que se perciben como perdedoras afirman que los inmigrantes delinquen más que a las personas autóctonas. Entre las personas que se perciben como ganadoras sólo lo cree el 25%.
Por otro lado, el estudio aporta conclusiones a partir del cruce de las variables edad-género y edad-uso de la violencia. En el primer caso, el informe constata que los hombres son más machistas que las mujeres y, en particular, la diferencia es más notable en el caso de jóvenes. Según los datos analizados, el 23% de los jóvenes (hasta 30 años) están muy o bastante de acuerdo con la afirmación “los hombres son mejores líderes políticos que las mujeres”, y un 20% cree que la violencia de género es un invento del feminismo. Asimismo, según el estudio, uno de cada tres jóvenes estaría dispuesto a utilizar la violencia para defender sus ideas y valores, doce puntos más que cualquier otra franja de edad.
Espacio web interactivo
El estudio se complementa con la creación de un espacio web que ofrece la posibilidad de interactuar directamente con los datos, a partir del cruce de múltiples variables como el género, la edad, el nivel de estudios y el grado de confianza, entre otros. Concretamente, la página permite explorar los datos en función de cuatro apartados: Edad y género, Confianza social, Precariedad material y Sensación de inseguridad.
El espacio web agrupa unos setenta gráficos, los cuales también se pueden consultar por temáticas: Machismo, LGTBIFobia, Racismo, Militarismo y Tolerancia con la diferencia.
El proyecto Ágora inicia su sexta edición esta primavera con una nueva convocatoria dirigida a personas comprometidas con la escucha, el diálogo y la convivencia. Impulsado por el ICIP, en colaboración con el Centro de Estudios de Temas Contemporáneos, la Fundación Lluís Coromina y con la participación especial de La Casa dels Clàssics, Ágora sigue apostando por la lectura como punto de partida para un diálogo profundo entre personas con trayectorias e ideologías diversas.
Las sesiones de esta edición se celebran los días 26 de abril, 17 de mayo y 7 de junio, con la participación de tres ponentes de referencia: Raül Garrigasait, escritor y traductor; Begoña Roman, filósofa y especialista en ética; y Ferran Requejo, politólogo y experto en teoría democrática.
Los textos clásicos vuelven a ser el hilo conductor para abordar retos contemporáneos: La ira, de Séneca; La amistad, de Cicerón; y Historia de la Guerra del Peloponeso, de Tucídides. Más allá de la reflexión individual, estos textos actúan como espejo y puente para conversaciones compartidas.
Perfiles diversos y comprometidos
El grupo de esta sexta edición está formado por 18 participantes con perfiles diversos y comprometidos. Entre ellos figuran personas como Rosa Lluch, profesora de Historia; Ferriol Soria, director de la Fundación Ernest Lluch; Karlos Castilla, del Instituto de Derechos Humanos de Cataluña; o Anna Ayuso, investigadora del CIDOB. También participan representantes de entidades vecinales, como Dolors Manté, de la Taula pel Diàleg del Guinardó, así como profesionales de ámbitos diversos: desde el derecho, como Sebastià Esteban y Guillermo Vidal-Quadras, hasta las artes, como Bet Pahissa, pasando por la educación, la gestión pública, la investigación para la paz o el mundo empresarial. También se incorporan voces jóvenes como la de Manel Mesa, estudiante vinculado al colectivo “S’ha acabat”, y Yero Bhoye Coulibaly, originario de Guinea y en proceso de solicitud de asilo, que aporta una valiosa perspectiva desde la experiencia migratoria y comunitaria.
El coordinador del proyecto, Pablo Aguiar, destaca que Ágora “se consolida como un espacio seguro y transformador, donde las diferencias no se esquivan, sino que se abordan con valentía y respeto. Es una apuesta por despolarizar a través de la cultura, la palabra y la confianza”.
Tras cinco ediciones, Ágora se mantiene como una propuesta singular en el ámbito catalán para fomentar la convivencia democrática y la cohesión social mediante el diálogo y la reflexión compartida.
En este vídeo, recogemos las impresiones de los participantes de una de las ediciones del proyecto:
A finales de abril, el ICIP publicará las convocatorias de subvenciones para el año 2025, destinadas a apoyar proyectos de entidades sin ánimo de lucro que trabajen en el fomento de la paz, así como trabajos de investigación de universidades en el ámbito de la cultura de paz (R-ICIP). El importe global máximo de cada una de las convocatorias es de 80.000 euros.
Para resolver dudas y facilitar la presentación de propuestas, organizamos dos sesiones informativas en línea, una para cada convocatoria:
Jueves 24 de abril, a las 12 h Sesión informativa sobre la convocatoria de subvenciones para proyectos de entidades sin ánimo de lucro orientados al fomento de la paz.
Viernes 25 de abril, a las 12 h Sesión informativa sobre la convocatoria de subvenciones para trabajos de investigación en el ámbito de la paz (R-ICIP).
Ambas sesiones serán en línea y es necesario inscribirse previamente a través del formulario que encontraréis más abajo. Para resolver dudas o consultas, podéis escribirnos a convocatories@icip.cat
Con estas subvenciones, el ICIP reafirma su compromiso con el conocimiento como herramienta para construir paz y apoya iniciativas que transforman, conectan y generan impacto.
Podéis consultar las bases generales que rigen las dos líneas de subvenciones y los proyectos financiados en ediciones anteriores en la sección del sitio web dedicada a las Subvenciones. Próximamente, publicaremos la convocatoria específica de 2025 y el calendario previsto de resolución y ejecución de los proyectos.
Catorce años después del inicio de la revuelta popular, Siria sigue inmersa en una profunda crisis política, social y humanitaria. Pero entre las ruinas del conflicto, una sociedad civil resiliente mantiene vivo el anhelo de cambio. Esta fue la tesis central de la sesión “Siria, 14 años después: resistencia, esperanza y perspectivas de paz”, organizada por el ICIP, con la participación de la activista e historiadora siria Nour Salameh, el periodista Oriol Andrés Gallart y la moderación de la profesora y experta en mundo árabe Lurdes Vidal.
El acto, que tuvo lugar el 8 de abril en el Hub Social de Barcelona, ofreció una mirada sobre la situación actual del país tras la caída del régimen de Al Assad, el pasado mes de diciembre, y las masacres cometidas este mes de marzo.
Una sociedad civil viva, a pesar de todo
A pesar de los años de represión, guerra y exilio, Salameh defendió que la sociedad civil siria no ha dejado de luchar, y no solo ha sobrevivido, sino que se ha transformado y diversificado, especialmente a través de la diáspora. “Lo que queda de esa sociedad civil, de esas personas que han luchado catorce años contra la dictadura y por la justicia, es mucho —e incluso se ha multiplicado”, afirmó. Según Salameh, han surgido iniciativas que preservan la memoria de las víctimas, apoyan a las familias de personas desaparecidas y promueven el empoderamiento de las mujeres.
Hoy en día, la reconstrucción material es uno de los grandes retos del país, pero también lo es la reconstrucción del tejido social. “El principal reto de la sociedad civil es abrir espacios de diálogo entre las distintas facciones del país”, señaló. Una tarea difícil, condicionada por la fractura territorial y social causada por décadas de políticas sectarias y por las heridas abiertas del conflicto.
Tanto Salameh como Andrés coincidieron en el diagnóstico de un país roto. Ciudades como Homs lo ejemplifican: barrios enteros destruidos por la represión, mientras otros, aliados al régimen, han quedado intactos. También existen tensiones entre los sirios que abandonaron el país y los que se quedaron.
Justicia, memoria y lucha contra la impunidad
Según los participantes, la justicia para las víctimas sigue siendo una asignatura pendiente en el país mediterráneo. La existencia de asociaciones que documentan desapariciones y denuncian crímenes de guerra muestra el compromiso con la memoria, pero también los límites de esta lucha. Andrés destacó que la victimización generalizada y la falta de un relato compartido dificultan la reconciliación. “Existe una competencia por ver quién es más víctima”, advirtió.
A pesar de las declaraciones oficiales, la investigación de los crímenes del régimen de Al Assad es escasa, y se han producido nombramientos de figuras implicadas en graves violaciones de derechos humanos. Sin un proceso real de justicia transicional, resulta difícil romper el círculo de la impunidad.
El acto concluyó con un mensaje compartido de confianza en la sociedad civil siria: “La población no permitirá otro régimen autoritario y continuará luchando como lo ha hecho durante los últimos 14 años”, coincidieron Salameh y Andrés. Y una nota final de esperanza: “A pesar de todo, existe una sociedad civil, hay personas capacitadas e ilusionadas por construir una nueva Siria. Y debemos apoyarlas y confiar en ellas”, remarcó Vidal.
La actividad incluyó la lectura en árabe y en catalán del poema “No lloraré” de la poeta palestina Fadwa Tuqan, a cargo de Noor Ogly y la presidenta de FundiPau, Carme Suñé. El poema sirvió para tejer un hilo entre las experiencias del pueblo sirio y el palestino, conectando dos realidades marcadas por la lucha y la resiliencia.
El acto fue conducido por Helga Flamtermesky, una de las impulsoras de Mujer Diáspora, una ONG que aporta estrategias de sanación y gestión emocional a mujeres que han sufrido traumas a causa de la guerra en sus países de origen o durante el proceso migratorio. A partir de esta experiencia, Mujer Diáspora ha desarrollado una metodología propia llamada Memoria Activa, basada en la escucha profunda, la expresión artística y la transformación de la memoria como herramienta de cuidado y empoderamiento.
“Esta metodología pone en valor las historias y vivencias de mujeres a menudo silenciadas, y busca imprimir nuevas emociones a los recuerdos, reconstruyéndolos desde un lugar de fuerza, reconocimiento y dignidad”, explicó Flamtermesky durante la presentación.
El libro detalla cinco ejes que sostienen este enfoque: sensorialidad, sanación, diversidad, espiritualidad y retorno simbólico, y ofrece recursos concretos para aplicarlos, como el uso de la cocina como espacio de memoria y creación colectiva. Además, recoge testimonios colectivos, prácticas artísticas, propuestas pedagógicas y reflexiones que pueden servir como guía tanto para profesionales como para comunidades que deseen poner el cuidado y la memoria en el centro de los procesos de paz.
El acto contó con intervenciones de voces destacadas de la diáspora colombiana y colaboradore de Franca y Síria, como la cantautora Marta Gómez, el documentalista Iván Guarnizo, la fotógrafa Ingrid Guyon y la doctora en historia Nour Salameh. Todos ellos han participado en diversas experiencias lideradas por Mujer Diáspora que ahora quedan recogidas en el libro.
“En un contexto marcado por el aumento de las migraciones forzadas y las violencias globales, Memoria Activa no es solo un libro: es una herramienta de reconstrucción colectiva, una apuesta por una paz con rostro de mujer, y un grito por visibilizar aquellas historias que nunca debieron ser invisibilizadas”, añadió María Eugenia Blandon, responsable del área de «Memoria, convivencia y reconciliación» del ICIP.
El libro se puede descargar gratuitamente desde la web del ICIP, y se ofrece como una herramienta viva, pensada para ser leída, compartida y llevada a la práctica.
Barcelona ha sido el escenario de un acto conmovedor y reivindicativo para poner de manifiesto la grave crisis de las desapariciones forzadas en México. Organizado por el ICIP, Taula per Mèxic y Furia Mexicana, con el apoyo de diversas organizaciones mexicanas y el programa municipal Barcelona Protegeix Periodistes de Mèxic (PAT-P), el evento ha servido para dar voz a las víctimas y denunciar la impunidad que rodea estos crímenes.
El acto, celebrado el martes 1 de abril en la sede de Lafede.cat, contó con la participación de periodistas y familiares de desaparecidos que compartieron sus testimonios. Entre ellos, Martha Guillén, periodista de El Suspicaz, que ha documentado la violencia y las desapariciones en Jalisco, y Mónica Cerbón, conocida por destapar casos de corrupción y violaciones de derechos humanos en Aguascalientes. También intervinieron miembros del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco que, ante la inacción de las autoridades, han asumido la tarea de buscar, excavar y reconstruir historias en un intento desesperado de encontrar a sus seres queridos. El acto fue conducido por Beatriz Osorno, de Furia Mexicana.
Según los datos más recientes, México acumula más de 124.000 desaparecidos, una cifra alarmante que pone de manifiesto la magnitud de la tragedia. Las intervenciones durante el acto subrayaron no solo el impacto humanitario de las desapariciones, sino también el papel fundamental de los colectivos de familiares en la búsqueda de las personas desaparecidas. En muchos casos, son ellos quienes, con pocos recursos y a menudo expuestos a grandes peligros, hacen el trabajo que le corresponde a las autoridades.
Uno de los casos más destacados durante el acto fue el del Rancho Izaguirre, en Teuchitlán, un episodio que ha impactado a la sociedad mexicana. En este rancho se encontraron decenas de cuerpos en fosas clandestinas, poniendo de manifiesto no solo la magnitud de la crisis de desapariciones, sino también la descomposición institucional que dificulta su resolución.
Los testimonios compartieron relatos devastadores sobre cómo la violencia y la impunidad han agravado esta tragedia sin que el Estado tome medidas efectivas. “En México, cada día desaparecen personas y la mayoría de los casos quedan sin resolver. Las familias se convierten en investigadoras, buscadoras y defensoras de los derechos humanos sin ningún tipo de apoyo gubernamental”, afirmó Indira Navarro, representante del Colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco. La familiar también subrayó la importancia de la solidaridad internacional y la presión externa para exigir responsabilidades y acciones concretas.
Uno de los temas centrales del debate fue el papel de las familias como motores de la búsqueda. “Hemos aprendido a rastrear terrenos, a interpretar restos óseos y a exigir responsabilidad política, pero no deberíamos hacer este trabajo. Es el Estado quien debería buscar a nuestros seres queridos”, denunció otra buscadora, Brenda Robles.
Durante el acto, el ICIP subrayó la importancia de seguir denunciando esta crisis y de reforzar las redes de apoyo para los familiares y activistas que luchan por la justicia. “La lucha de las buscadoras va mucho más allá de la búsqueda de los seres queridos. Realizan un trabajo extraordinario de defensa de los derechos humanos y de construcción de paz, muy necesario en un contexto de violencia generalizada como el que vive México”, afirmó Sabina Puig, responsable del área Violencias fuera de contextos bélicos del ICIP.
El historiador y activista israelí por la paz y los derechos humanos, Meir Margalit, ha visitado el mes de marzo Barcelona para participar en Festival de Cine y Derechos Humanos de Cataluña, Impacte!. Durante su estancia el ICIP ha acogido la sesión de análisis «El eclipse de la sociedad israelí», un espacio de reflexión sobre la deriva política y social de Israel, organizado conjuntamente con las organizaciones FundiPau y Novact.
Durante la sesión Margalit –autor del libro El eclipse de la sociedad israelí– ha abordado cómo el miedo, el militarismo y el mesianismo marcan la sociedad israelí actual, y consolidan un sistema donde el ejército domina la vida pública, la extrema derecha gana influencia y la posibilidad de paz parece cada vez más lejana. «Hoy nadie habla de paz, se habla de hudna (tregua). La paz será para la próxima generación», ha afirmado.
Según Margalit, el sionismo se encuentra en plena crisis, una realidad que el 7 de octubre de 2023 puso aún más en evidencia. «La promesa de seguridad para el pueblo judío en Israel ha quedado desmentida por los hechos, y esto abre un debate profundo sobre el futuro del país. El sionismo ha fracasado. Para que haya una solución al conflicto entre Israel y Palestina, Israel debe dejar de ser sionista», ha afirmado.
Además, Margalit ha alertado sobre el estado de neurosis colectiva que vive la sociedad israelí, donde el miedo constante impide la reflexión y el pensamiento crítico y justifica políticas cada vez más extremas. «Cuando un pueblo vive en un estado de tensión permanente, acaba perdiendo la capacidad de razonar y actúa movido por instintos primarios», ha advertido.
El encuentro ha tenido lugar el viernes 28 de marzo en la sede del ICIP y se ha convertido en un espacio de reflexión y debate sobre los retos y las incertidumbres que marcan el futuro de la región.